El agua es uno de los elementos más comunes en nuestro planeta pero, a la vez, y de forma paradójica, uno de los más preciados y escasos. Esto es así, entre otras cuestiones, porque aunque el 70% de la superficie de la Tierra está cubierta de agua; sólo un pequeño porcentaje, el 0,025%, es apta para el consumo humano. Y una parte cada vez mayor de este último ya no lo es por diversos motivos, entre ellos, la propia contaminación humana, pero también los efectos de la agricultura industrial extensiva, el turismo masivo o los efectos generados por el cambio climático.

cambio climático

En este contexto, y en plena pandemia mundial, con las consecuencias que esta genera, la Semana Mundial del Agua de 2021 se presenta como más importante y trascendental que nunca. Una semana que arrancó este 23 de agosto en Estocolmo, aunque este año, por primera vez, se celebra de manera online y se puede seguir desde cualquier lugar del mundo en directo a través de Internet.

Unas jornadas en las que participarán personas de unos 150 países y que estarán formadas por unas 400 sesiones online.

Esta Semana Mundial del Agua se inauguró con un llamamiento a la acción urgente. Una petición a la transformación masiva de nuestras sociedades. A lo largo de estos días, expertos en diferentes materias trataran de encontrar soluciones para afrontar retos globales como la escasez de agua, pero también la pobreza, la crisis climática o la pérdida de biodiversidad a escala planetaria.

En el discurso de apertura, el profesor Johan Rockström, del Instituto Potsdam para la Investigación del Impacto Climático, describió cómo los seres humanos están alterando peligrosamente los sistemas de apoyo a la vida de la Tierra. Rockström y su equipo han identificado el agua potable como uno de los nueve límites planetarios que no deben cruzarse. «El agua potable debe integrarse en la agenda climática», asevera Rockström. Unos límites planetarios que se explican en el documental «Los límites de nuestro planeta», de David Attenborough y el propio Johan Rockström, que está disponible en Netlfix.

Una escena del documental «Los límites de nuestro planeta».

Por su parte, Amina Mohammed, vicesecretaria general de las Naciones Unidas, advierte de que si ya era complicado alcanzar los ODS de 2030 antes de la pandemia de la Covid-19, ahora lo es todavía más, por lo que los esfuerzos deben redoblarse: «Antes de Covid estábamos desviados y después de Covid, estamos aún más», aunque también ve motivos para la esperanza. Eso sí, estos exigirán una acción decidida, conjunta y urgente a nivel global.

Estrés hídrico a nivel mundial

Según el último informe del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC), publicado a principios de este mes, el nivel actual de población del planeta supone un enorme estrés para su sostenibilidad por la demanda de agua, alimentos y energía, junto con pérdidas considerables de biodiversidad.

El crecimiento de la población mundial y el desarrollo económico tendrán un peso aún mayor que el cambio climático sobre la relación entre disponibilidad y demanda de agua dulce, cuyo acceso ya está en riesgo para el 80 por ciento de habitantes del planeta.

Es más, el IPCC advierte de que cuando el suministro se convierta en limitante, llevará a la reducción de actividades económicas e incluso a conflictos en torno a cuencas hidrográficas.

Hay muchas cifras que llaman a la reflexión y la preocupación. En esta línea, el Fondo para la Infancia de Naciones Unidas (UNICEF) alerta de que el 90 por ciento de los niños de Oriente Próximo y África viven en zonas de alto o extremadamente alto estrés hídrico, al tiempo que avisa de que la escasez de agua en esta región «crece» y «tiene ya un impacto sin precedentes».

UNICEF también ha señalado que, si bien no es la única razón de la escasez de agua, el cambio climático hace que llueva menos, lo que repercute en la agricultura y deteriora la calidad de las reservas de agua dulce debido al movimiento de agua salina hacia los acuíferos de agua dulce y al aumento de las concentraciones de contaminación.

Guía de lectura Veinte Treinta. 17 caminos para cambiar el mundo

La Fundación Musol, junto al grupo de trabajo de Agenda 2030 de la Red de Bibliotecas Públicas Municipales del Ayuntamiento de Madrid, ha creado la «guía de lectura Veinte Treinta. 17 caminos para cambiar el mundo«. En ella, a través de los diferentes ODS, se recomiendan una serie de libros para un público adulto y también infantil.

En esta guía, entre otras cuestiones, se aborda la problemática relacionada con la escasez de agua, pues cabe recordar que el ODS6 es «Agua limpia y saneamiento». Pero la importancia y trascendencia del agua es trasversal a muchos otros ODS.

De este modo, entre los libros relacionados con el agua la guía recomienda algunos como «El libro del agua», de Klaus Lanz y Greenpeace España; «La biblioteca de hielo», de Nancy Campbell o «Había una vez una gota de lluvia», de Judith Anderson.

 

 

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