El Parlamento Español aprobó, el pasado 13 de mayo la Ley de Cambio Climático y transición energética. Un texto que entra en vigor el sábado, día 22 de mayo y que supone un antes y un después para luchar contra los efectos del calentamiento global y el cambio climático en España y en Europa. Cabe recordar que han pasado ya más de cinco años desde el Acuerdo de París contra el Cambio Climático.
La nueva Ley recoge las políticas de adaptación y la necesidad de definir un sistema de indicadores de impactos y adaptación al cambio climático, que facilite un seguimiento y evaluación de las políticas públicas, así como la necesidad de elaborar informes de riesgos. Una ley que se aprueba más de un año después de que el Consejo de Ministros declaró oficialmente la emergencia climática en España, algo que se produjo el 21 de enero de 2020.
El pilar de esta ley lograr que España sea «neutra climáticamente» en 2050. Es decir, la resta entre la cantidad de gases de efecto invernadero que lanza a la atmósfera y la cantidad que se retiene debe dar cero. Y, para lograrlo, la clave está en la reducción drástica de las emisiones de CO2. Una reducción en la que la electricidad es fundamental. De este modo, la ley determina que en 2050 el 100% de la electricidad en España tendrá que generarse con fuentes renovables: agua, viento o sol.
Una herramienta imprescindible para impulsar la transición ecológica
La Ley de Cambio Climático y transición energética aprobada en el Parlamento representa una herramienta imprescindible para impulsar la transición ecológica en la sociedad, además de dotar de cobertura legal a múltiples políticas y medidas programadas que, como el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC), ya se estaban poniendo en marcha por el Gobierno. Esta norma recoge muchos instrumentos y metas para afrontar la situación de emergencia climática en la que nos encontramos, cumpliendo además con el compromiso de alcanzar la neutralidad climática en el año 2050.
Junto a la oportunidad que representa el Fondo de Recuperación y Resilencia Europeo, esta nueva ley de cambio climático debe contribuir a la creación de empleo. El propio texto señala que con las medidas, propuestas e inversiones que se recogen se deben “generar entre 250.000 y 350.000 nuevos empleos en sectores como las energías renovables, la rehabilitación y eficiencia energética o la movilidad sostenible”.
Entre los contenidos de la ley que suponen un avance significativo en el compromiso político ante la emergencia climática y dotan de amparo legal a los planes y medidas que se deben desarrollar, están la obligación de contar con un Plan de rehabilitación energética de viviendas, con planes específicos para el biogás, el biometano o el hidrógeno; dotarse de una estrategia para el desarrollo de las mercancías por ferrocarril con objetivos concretos de penetración; el impulso al ferrocarril también para viajeros, o la previsión en 12 meses de una reforma del marco normativo de la energía, encaminada a la mayor participación de los consumidores y al impulso de la energía renovable distribuida, variable y flexible.
Fin de la venta de coches propulsados a gasolina o gasoil en 2040
Otro aspecto novedoso y ambicioso de la Ley de Cambio Climático es que se marca el año 2040 como el límite para vender automóviles con motores de combustión. Eso sí, no impide que los vehículos con esta tecnología fósil que ya estén en circulación antes de ese año puedan continuar funcionando.
También obliga a que los municipios de más de 50.000 habitantes establezcan zonas de bajas emisiones.
Viviendas más eficientes
Otro punto fuerte de esta ley es lograr que las viviendas y edificios de todo tipo en España sean mucho más eficientes. Para ello se fomentará tener aislamientos mejores, introducir la posibilidad de utilizar fuentes de energía renovable y autoconsumo para la calefacción o la refrigeración de los pisos, comunidades vecinales de placas solares…
Los nueve títulos de la Ley de Cambio Climático:
El título preliminar contiene las disposiciones generales de la ley, relativas al objeto y a sus principios rectores.
El título I recoge los objetivos mínimos nacionales de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero, energías renovables y eficiencia energética de la economía española para los años 2030 y 2050.
El título II recoge las disposiciones relativas a la generación de electricidad con energías procedentes de fuentes renovables y a la eficiencia energética.
El título III aborda las medidas relacionadas con la transición energética y los combustibles.
El título IV aborda las cuestiones relativas a la movilidad sin emisiones y transporte.
El título V recoge las medidas de adaptación frente a los impactos del cambio climático.
El título VI aborda medidas en el ámbito de la transición justa.
El título VII contempla aspectos concretos en la movilización de recursos en la lucha contra el cambio climático y la transición energética.
El título VIII engloba la educación y la capacitación para el desarrollo sostenible y el cuidado del clima, así como la investigación, desarrollo e innovación.
El título IX regula de forma novedosa la gobernanza de cambio climático y transición energética en España.